domingo, 10 de febrero de 2008

offtopic- Redoble lento por la muerte de Stalin

Redoble lento por la muerte de Stalin (5 de marzo de 1953)
I Por encima del mar, sobre las cordilleras,
a través de los valles, los bosques y los ríos,
por sobre los oasis y arenales desérticos,
por sobre los callados horizontes sin límites
y las deshabitadas regiones de las nieves
va pasando la voz, nos va llegando
tristemente la voz que nos lo anuncia.
José Stalin ha muerto.
A través de las calles y las plazas de los
grandes poblados,
por los anchos caminos generales y
perdidos senderos,
por sobre las atónitas aldeas, asombradas campiñas,
planicies solitarias, subterráneos
corredores mineros, olvidadas islas
y golpeados litorales desnudos
va pasando la voz, nos va llegando
tristemente la voz que nos lo anuncia.
José Stalin ha muerto.
Va cruzando las horas oscuras de la
noche,
la madrugada, el día, los extensos
crepúsculos,
todo lo austral y nórdico que
comprende la tierra,
y no hay razas, no hay pueblos, no hay rincones,
no hay partículas mínimas del mundo
en donde no penetre la voz que va llegando,
la voz que tristemente nos lo anuncia.
José Stalin ha muerto.
II 1. Padre y maestro y camarada:
quiero llorar, quiero cantar.
Que el agua clara me ilumine,
que tu alma clara me ilumine
en esta noche en que te vas.
2. Se ha detenido un corazón.
Se ha detenido un pensamiento.
Un árbol grande se ha doblado.
Un árbol grande se ha callado.
Mas ya se escucha en el silencio.
1. Padre y maestro y camarada:
solo parece que está el mar.
Pero las olas se levantan,
pero en las olas te levantas
y riges ya en la inmensidad.
2. Cerró los ojos la firmeza,
la hoja más limpia del acero.
Sobre su tierra se ha dormido.
Sobre la Tierra se ha dormido.
Mas ya se yergue en el silencio.
1. Padre y maestro y camarada:
vuela en lo oscuro un gavilán.
Pero en tu barca una paloma,
pero en tu mano una paloma
se abre a los cielos de la paz.
2. Callan los yunques y martillos.
El campo calla y calla el viento.
Mudo su pueblo le da vela.
Mudos sus pueblos le dan vela.
Mas ya camina en el siencio.
1. Padre y maestro y camarada:
fuertes nos dejas, Mariscal.Co
mo en las puntas de la estrella,
como en las puntas de tu estrella
arde en nosotros la unidad.
2. Vence el amor en este día.
El odio ladra prisionero.
La oscuridad cierra los brazos.
La eternidad abre los brazos.
Y escribe un nombre en el silencio.
III No ha muerto Stalin. No has muerto.
Que cada lágrima cante
tu recuerdo.
Que cada gemido cante
tu recuerdo.
Tu pueblo tiene tu forma,
su voz tu viril acento.
No has muerto.
Hablan por ti sus talleres,
el hombre y la mujer nuevos.
No has muerto.
Sus piedras llevan tu nombre,
sus construcciones tu sueño.
No has muerto.
No hay mares donde no habites,
ríos donde no estés dentro.
No has muerto.
Campos en donde tus manos
abiertas no se hayan puesto.
No has muerto.
Cielos por donde no cruce
como un sol tu pensamiento.
No has muerto.
No hay ciudad que no recuerde
tu nombre cuando era fuego.
No has muerto.
Laureles de Stalingrado
siempre dirán que no has muerto.
No has muerto.
Los niños en sus canciones
te cantarán que no has muerto.
Los niños pobres del mundo,
que no has muerto.
Y en las cárceles de España
y en sus más perdidos pueblos
dirán que no has muerto.
Y los esclavos hundidos,
los amarillos, los negros,
los más olvidados tristes,
los más rotos sin consuelo,
dirán que no has muerto.
La Tierra toda girando,
que no has muerto.
Lenin, junto a ti dormido,
también dirá que no has muerto.
Rafael Alberti, Buenos Aires, 9 marzo 1953

CANCIÓN DEL FUGADO

Aquí están los perseguidos
por la furia del terror,
somos todos fugitivos
que cantamos el clamor.
Cantemos, camarada,
nuestra pena y nuestro amor,
si se canta la alegría
también se canta el dolor.
Nuestro dolor son las madres,
nuestros hijos el amor,
todos lloran, todos sufren
de la injusticia el rigor.
Cantemos en el silencio
del refugio acogedor,
que vibre el eco rebelde
con sus notas de rencor.
Cantemos, camarada,
nuestra pena y nuestro amor,
si se canta la alegría
también se canta el dolor.
Adelante, compañero,
con tu pena y tu cabaña,
tú conoces el sendero
oculto en la montaña.
Sube cantando
que la victoria
no se alcanza
llorando para tu gloria.
Cantemos, camarada,
nuestra pena y nuestro amor,
si se canta la alegría
también se canta el dolor.
Por Cachupa

sábado, 9 de febrero de 2008

¿Para qué luchas, soldado?

¿PARA QUÉ LUCHAS, SOLDADO?

¡Burgos! ¡Madrid!
Sus campos ensangrentados
luchan por el porvenir
de España muchos soldados.
Tú, soldado nacional,
que en la batalla luchando
sin razón y por el mal,
vas tu sangre derramando.
¿No te das a vida cuenta
que abrigas muy grave error
que contigo va el terror
con esa idea sangrienta?
Jamás tus ideales
verán el triunfo llegado
si pensar mejor no sabes.
¿Para qué luchas, soldado?
Eres de los sin conciencia
que luchan con tino y saña,
que quieren ver en España
a los faltos de experiencia.
Cuando la lucha termines
y vencido seas hallado
con esos hombres tan ruines
que contigo han fracasado.
¿Para qué luchas, soldado?
Que con fatal transigencia
quieren que impere el dominio
de los malos sentimientos.
Si el timón que tú guías
para tu ideal sagrado,
¿a dónde el corazón envías?
¿Para qué luchas, soldado?
De qué vas a blasonar
cuando vives engañado,
a quién quieres explotar
si siempre fuiste explotado.
Si no quieres vivir mal,
¿para qué luchas, soldado?
Quieres vivir en la opulencia
cuando en esta guerra fiera
vas de trinchera en trinchera
alentado por la ciencia
de los hombres ahogados
por su monstruosa ambición,
han de ser los más menguados
en quitarte la razón
y en hacerte mil pedazos
con su mal sana intención.
Esto que tú ya lo sabes
porque lo tienes palpado,
qué más razones prefieres,
¿para qué luchas, soldado?
Tú no luchas por el orden,
no sabes nada de nada,
vives con los malos hombres
en esta vida malvada,
donde la cultura noble
es por ellos destrozada.
Donde la ciencia del hombre
el hombre mismo la mata,
donde el pensamiento siempre
por la destrucción trabaja
y con la ambición maldita
de su egoísmo maltrata.
Ahí tienes tu enemigo
luchando a todo luchar,
luchando por lo divino,
luchando por la libertad.
Luchan por el bien de todos,
luchan por el corazón,
jamás apoyan los robos,
detestan la violación.
No le mires con recelo,
no le creas tan malvado,
es el luchador del pueblo,
el verdadero soldado,
el que lo justo defiende,
el que ha de vivir holgado,
que vivirá libremente
porque por ello ha luchado,
porque son serenos hombres
y porque son luchadores,
tienen el ideal sublime
de los grandes pensadores.
Enarbolando el pañuelo
gritando con ansiedad
viva el soldado del pueblo
mostrando su libertad
VIVA LA REPÚBLICA

LA VERDAD ANTE LA MUERTE


LA VERDAD ANTE LA MUERTE

Señores Magistrados,
acojo con serenidad
el fallo de este Consejo
y es mi voluntad tan fuerte
y grande mi lealtad
que no me importa la muerte
siendo por la libertad.
Salí en España a luchar
y a defender justamente
lo que el pueblo noblemente
siempre quiso respetar.
Lo que el pueblo libremente,
y con derechos supremos
y con ánimos serenos,
conquistó serenamente.
Luché porque comprendía
que en España se cernía
la tromba del malestar
y si es delito luchar
por defender lo que es mío
y me lo quieren quitar,
¿quién deja que impunemente,
sin motivos probados,
lleven lo que tristemente
fueron bienes alcanzados
con el sudor de mi frente?
Somos dos polos opuestos,
yo en la miseria vivía.
En mi hogar jamás había
el pan sobrado que dan
para los que siempre van
de mejro en mejor vida.
Yo era el pueblo cuajado
de sufrimientos y llantos,
yo nunca pisé en los campos
de ese bienestar sobrado;
vos sois los capitales,
nunca conocisteis males,
ved si diferencia existe
entre lo alegre y lo triste.
Y esos trocados
de leales y falsarios
y que son tan disputados
entre burgueses y aliados
contra buenos proletarios.
Digamos si la razón
asiste al más poderoso,
que si lucho con acoso
defendiendo la traición
que el pueblo no merecía.

¿Quién más razones tenía
el hombre que defendía
lo que así le pertenece
o los que siempre querían
ver el pobre en paz de muerte?
Luché y perdí.
Yo fui del monte fugado,
hoy ya soy un presentado.
Hoy estoy aquí vencido,
pero nunca convencido
de que la fuerza es la razón
y el que tenga corazón
que en España haya vivido
que diga si la prisión
del libre y del contuvido
si es más fuerte la razón
a la fuerza en el sentido
de dos fuerzas en razón.
Yo nunca fui luchador,
siempre fui antiguerrero,
siempre fui un trabajador.
Pero ante tantas infamias
y atropellos meditados
pronto dejé sepultados
mis ánimos pacifistas,
defendiendo las conquistas
que el trabajo me ha legado.
Y no me importa el morir,
sé que entregando mi vida
a manos tan alevosas
es para vos el vivir
entre jazmines y rosas.
Mirad qué cuadro más tierno,
el dolor y la miseria,
el dolor en los hogares
y la miseria en los pueblos.
Sois únicos paladares
que la sangre saborea
y que nunca titubean
en ser siempre los prolijos
para dejar muchos hijos
al amparo de villanos
que llevaron de inhumanos
las laureadas medallas
por llevar a las batallas
la sangre hirviendo en las manos.
Y antes de vivir así
sufriendo penas yo mismo
y ahora que en España vi
ir rodando hacia el abismo
quise que fuera juzgado
por hombres tan insensatos
que dudan un momento
en dar el consentimiento
de hacer de España una tumba
y esta sangre moribunda
del pueblo trabajador
será semilla fecunda
en otro tiempo mejor.
Otra víctima del pueblo
que tenéis a vuestro amparo,
pero de mi alma el barro
moldearán otras gentes
y volverán las vertientes
a limpiar otra mañana
toda la basura humana
todo cadáver viviente.
Y otra victoriosa lid
que viene de arriba a abajo
el capital y el trabajo
en lucha tan enconada
por vos ahora triunfada
o destruís sin piedad
nuestra buena sociedad
o vuestra hora será llegada.
Que un pueblo por derechos
se vuelve a soliviantar,
darán el plomo a sus pechos
pero tienen que triunfar
venciendo los malos trechos.
Ensañaros con mi vida
pero esta sangre homicida
que tenéis por alardes
por la sangre de cobardes
será sangre redimida.
Si algo triste me conmueve
es no besar a mis hijos
que tienen los ojos fijos
en el padre que se muere.
Por sus mejillas rendidas
de llorar amargamente
bajan lágrimas henchidas
de dolor tan aparente
a mis sangrientas heridas
por no poder abrazarlos
en mis brazos fuertemente.
¿Quién les dará mi cariño?
¿Quién les dará el pan?
¿Cómo estarán esos niños?,
cuánta tristeza me dan.
Hijos míos:
en presencia de estos hombres
en que pronto me harán pedazos
os mando besos y abrazos
Y de este maldito templo,
donde hoy se forja el crimen,
si aún vuestros ojos gimen,
recoged de mí el ejemplo.
Si el pueblo os necesita
no vaciléis un momento
cuando lo permita el tiempo,
como buenos alentad
que vuestras aspiraciones
sean la fraternidad.
Y ahora que caiga sobre mi cuerpo
como el plomo derretido
el merecido castigo.
Y si esta alegación
la creen como ficticia
pido sea la justicia
de poca moderación.
Y si ahogo entre mis labios
gritos de ira y rencor
no es falta de valor
son mis palabras leales
y digo con mis ideales
con toda fuerza y arrojo
desechando mis penurias
VIVA EL EJÉRCITO ROJO,
VIVA EL FUGADO DE ASTURIAS